Lluna Plena no Fansub

Lluna Plena no Fansub

sábado, 25 de agosto de 2018

Novelas visuales: ¿devoción? ¿Vocación? ¿Profesión?

Tratemos ahora otro de los asuntos recurrentes en este mundillo. Seguro que a más de uno os suenan debates de este tipo:

A: “Busco traductor para novela visual”

B: “¿Pero vas a pagarle?”

A: “Lo haría si pudiera, pero no soy rico. Esencialmente, busco gente que lo haga de corazón”

B: “Pues no estoy de acuerdo; esa gente estará invirtiendo un tiempo y un esfuerzo en tu proyecto, y como mínimo, se merece una recompensa por ello”

A: “Señor mío, esto es un hobby; no busco empleados, busco colaboradores entusiastas. Hay mucha gente que lo hace por la pura satisfacción de hacerlo”

B: “Eso no quiere decir que no sigan mereciendo una recompensa por el favor que os estarán haciendo. Actitudes como esta son las que más tarde provocan que las empresas se aprovechen de la gente de buena voluntad para explotarles”

Bla, bla, bla…


Esta clase de discusiones se eternizan siempre por un motivo claro: no se despeja debidamente un error de concepto fundamental. Creer que el dinero es la única forma posible de compensación para alguien que lleva a cabo una actividad como esta.

Esto es falso.

Existe una forma de compensación alternativa que es, cuando menos, igual de apetecible. Se llama disfrute.

En esencia, estamos en el terreno de las aficiones. Llámese “hobby” o como quiera llamarse, es algo enormemente presente en nuestras vidas. Nada difícil de entender, realmente.

En el caso que nos ocupa, hablando de usuarios amateur, crear o traducir novelas visuales no es sino una más de estas aficiones. Quien hace esto por el puro y genuino placer que obtiene de ello no piensa en ningún momento en ello como “trabajo”, ni siquiera remotamente. Con lo cual, no sólo no espera dinero a cambio, sino que en muchos casos ni siquiera quiere oír hablar de dinero. Por hacer una analogía lo bastante clara, sería igual de absurdo que esperar que alguien te pagara dinero por jugar una partida de parchís en tu casa, o por salir a organizar un partido de baloncesto con tus amigos.

Esta es la cuestión. Estamos hablando de una actividad de ocio. Ni más ni menos.

Por supuesto, hay quien crea o traduce novelas visuales (o cualquier otra cosa) con un enfoque completamente distinto: se dedica a ello profesional o semiprofesionalmente. En este caso, es absolutamente lógico y de recibo que espere compensación económica por ello (llámese Patreon, pagos directos, o por cualquier otro medio). Y puede que hasta disfrute de ello, lo cual nunca está de más.

Pero este no es el caso que nos ocupa aquí. Hablamos de crear o traducir novelas visuales por el puro y genuino placer de hacerlo y compartirlo con otros aficionados. Y esto no tiene por qué tener repercusiones en el mundo laboral en general o empresarial en particular, lo mismo que no las tiene ponerte a jugar en determinado momento una partida de parchís en tu casa. Hablamos de gente que crea o traduce novelas visuales como una actividad de la que obtiene un genuino disfrute, personal o colectivo. Y como tal, no necesita absolutamente nada más. En esencia, estamos en un mundo totalmente independiente del laboral, en el cual el dinero pierde todo su significado. De hecho, uno de los principales motivos de la gente que se dedica a crear o traducir novelas visuales como actividad de ocio, es precisamente alejarse todo lo posible de la desagradable y agobiante atmósfera que muchas veces acompaña a los mismos conceptos de “dinero” y “trabajo”. Ellos no hacen lo que hacen por dinero. Ni siquiera quieren oír hablar de dinero. Lo hacen por disfrute. Un disfrute que, muchas veces, es mayor y mucho más gratificante recompensa que todo el dinero del mundo junto. El dinero que necesitan para vivir lo obtienen de sus actividades profesionales, sean las que sean; pero estas actividades están perfectamente compartimentadas, ocupando el polo diametralmente opuesto a todo esto.

Respecto a la flexibilidad de los compromisos que se adquieren con las actividades que no tienen dinero de por medio, no implica en absoluto que dichos proyectos estén condenados a no terminarse nunca. Lo único que variará es su velocidad, precisamente porque estamos suprimiendo otro claro factor que es fuente de estrés: los límites de tiempo. Si el disfrute alimenta tal actividad en lugar del dinero, el proyecto puede tardar años, puede requerir de rotaciones en el personal dedicado a él… pero tarde o temprano, se completará. Un ejemplo claro de ello está en Katawa Shoujo. En realidad, cuantos más años dure la realización de un proyecto semejante alimentado por la ilusión, mucho más grande será el placer obtenido del mismo, aunque a algunos pueda sonarles a paradoja. El secreto de esto está en el hecho de que el mayor disfrute de crear o traducir novelas visuales (sin dinero de por medio) está en el mismo proceso de hacerlo, no en el hecho de que tarde o temprano debería terminarse tal proyecto. Y es precisamente si se enfoca de esta manera cuando dicho proyecto tiene muchos números de acabar completándose algún día, amén de resultar una experiencia nutrida e incluso didáctica en muchos casos.

Soy consciente de que para mucha gente no es algo fácil de entender. Pero en realidad, es muy sencillo. Para quien se sumerge en el mundo de las novelas visuales desde esta perspectiva, el dinero es un factor absolutamente espurio e irrelevante. Incluso molesto, cuanto más genuino sea el placer que obtiene de ello. Es ocio, es un hobby. Es así de sencillo.

viernes, 10 de agosto de 2018

Evenicle: review

La última gran creación de Alice Soft, ¡a la palestra!



“Evenicle” es un juego RPG que a primera vista parece no ser nada especial, pero que te atrapa de forma inexorable a medida que te sumerges en él. Una gran creación que demuestra que Alice Soft está y sigue estando un peldaño por encima de las demás compañías japonesas a la hora de construir buenas historias que giran en torno al eroge. Ay, si tan sólo hubieran ofrecido “Oyako Rankan” para su traducción… pero bueno, esto ahora no viene al caso.

“Evenicle” describe un mundo en el que la Diosa Madre Eve bendice a todos los humanos… siempre que cumplan dos normas esenciales: 1. No matar a otros humanos, y 2. No tener sexo con más de una persona en tu vida. Hay sin embargo ciertos humanos que están exentos de cumplir esta segunda norma: los Caballeros. Éstos son humanos especialmente fuertes, con grandes habilidades marciales, encargados de proteger al mundo contra los ataques de los monstruos y otros enemigos (entre ellos humanos proscritos, que han incumplido los mandatos de la Madre Eve y están marcados por ello con anillos negros en sus dedos). Precisamente porque los genes de los Caballeros son tan selectos, no sólo tienen permiso para tener más de una esposa, sino que tal hábito incluso se incentiva, pues es la forma de asegurar que su fuerza, necesaria para la protección del mundo, será transmitida a un gran número de descendientes.


Aster (diminutivo de Asterisk) es el protagonista principal de esta historia. Un chico algo obsesionado con el sexo, que creció casi en solitario en la lejana isla del “Pescado Fresco”. Aster aspira a casarse en el futuro con las dos hermanas gemelas que le criaron y que han compartido con él gran parte de su vida. Pero claro, para casarse con más de una mujer a la vez, sólo tiene una salida: convertirse en Caballero. Y así, emprende con ilusión (y esa peculiar meta) el primer largo viaje de su vida hasta el gran continente donde los grandes reinos se congregan.

Este escenario, que a primera vista podría muy bien tildarse de depravado y hasta absurdo, esconde en realidad una historia sorprendentemente profunda y atractiva. ¡No os dejéis engañar! El gran contraste entre lo que uno esperaría al leer la sinopsis, y lo que se encuentra en realidad cuando se adentra en el juego, es precisamente una de las cosas que convierten a esta pieza en una grandísima obra de arte. Y una prueba más de que no hacen falta gráficos impresionantes, sonido envolvente, inventarios y combates interminables, virguerías rebuscadas ni todas esas mandangas para encontrar un buen juego, si uno sabe buscar. “Evenicle” es eso y mucho más: la sencillez convertida en un juego memorable.

Los clásicos elementos de las novelas visuales, combinados exquisitamente con un entorno RPG de muy fácil comprensión e inmersión, caracterizan a “Evenicle”. En el argumento, descubrimos algunos de los clásicos “clichés” humorísticos japoneses, que resultan más simpáticos de lo que parece porque se combinan a la perfección con el resto del entramado para crear una gran historia. El argumento está llevado de una forma simplemente brillante, con pinceladas de emoción, picardía, solemnidad e incluso drama en algunos momentos. Uno no se esperaría en esta clase de juegos que un personaje que cae simpático entre la típica narración fresca, divertida y aderezada con detalles “picantones” pueda llegar a acabar mal… pero sí, a veces ocurre. Y la sensación de contraste y frustración que te deja es simplemente inédita, al menos para mí. Este es, no cabe duda, otro de los elementos originales y de gran mérito que este juego posee.

Los elementos de la historia se van desplegando de forma muy hábil para mantenernos siempre en vilo, además de divertirnos y envolvernos en la emoción de los combates. La calidad de la narración es simplemente suprema, detallada donde debe serlo, y conduciendo al jugador a través de un escenario muy rico en el que los recursos narrativos dejan a la altura del betún a tantos y tantos otros juegos del montón. El estilo de narración omnisciente en tercera persona, característico de Alice Soft, es inconfundible, y añade un nivel de detalle muy satisfactorio. Las intrigas políticas y los conflictos con oscuras organizaciones, dignos de los tumultuosos momentos de los siglos XVII y XVIII en Occidente, dan un sabor único a una historia de la que, en principio, cabía esperar poco más que acción y escenas “subiditas de tono”… pues no, señores: este argumento tiene una calidad incuestionable. Ciertamente, ver citados con tanta frecuencia conceptos como monarquía, democracia y república te deja atónito al principio… y maravillado después. Lo último que pensarías de un juego de este calibre sería que hasta te diera la oportunidad de reflexionar y culturizarte. ¡Caramba! “Evenicle” es la leche.


Entretanto, Aster va entablando relaciones con la gente que se encuentra, especialmente con las mujeres… y en su ascenso en su carrera para convertirse en Caballero, tendrá la ocasión de tomar como esposa a alguna de ellas (desde bien temprano en la historia). Ello nos va a dar la oportunidad de disfrutar de una narrativa inusualmente repleta de detalles “lovey-dovey” (“tortolitos”, por decirlo de alguna manera), detalles estos muy entrañable y hábilmente diseminados por aquí y por allá. Además, al ser este un mundo que no tiene nada que ver con el nuestro, las situaciones de “harem” se presentan con una perspectiva novedosa que resulta sorprendentemente simpática. Por supuesto, las escenas ecchi son también condición sine qua non para definir este juego… sin embargo, se encuentran en su medida justa, y siempre van a quedar muy bien equilibradas dentro del argumento en sí, tal como debe ser. A medida que Aster progresa y es ordenado Caballero (en el rango más bajo, de momento) puede empezar a contraer matrimonio sagrado bajo la bendición de la Madre Eve con más de una mujer. Y de vez en cuando, vamos a tener la ocasión de desbloquear escenas amorosas entre Aster y sus esposas. Cuando alguien está acostumbrado a jugar novelas visuales, tiende a pensar en esta clase de escenas casi invariablemente como ecchi, ¿verdad? ¡Pues no! Hay escenas ecchi, sí, pero no lo son todas. Y este equilibrio tan bien logrado es otra de las grandes virtudes de este juego. Las mencionadas escenas amorosas no tienen por qué ser necesariamente “hentai”, sino que pueden ser simplemente escenas “picantes”, con un desarrollo narrativo detallado y exquisito que te hace disfrutar incluso mucho más de lo que podría lograr una mera y típica escena ecchi. Y la incertidumbre de no saber qué vas a encontrar en cada momento, si una escena ecchi o algo diferente, es para mí lo que tiene más mérito de todo ello.

En suma, un grandísimo juego, de los que aparecen sólo muy de tarde en tarde, como el cometa Halley. Los fans de los RPG, pero también los fans de las novelas visuales, los adoradores de lo mejorcito de los estereotipos anime más simpáticos, pero también los que esperan ver originalidad, giros y detalles absolutamente inesperados... todos vais a disfrutar de “Evenicle” por igual. Está en inglés, sí... pero no lo dejéis pasar. Realmente vale la pena. Hay que dar gracias a MangaGamer por esta nueva joya... y ciertamente, “Evenicle” es otro candidato claro para mis traducciones. A largo plazo.