Lluna Plena no Fansub

Lluna Plena no Fansub

martes, 25 de septiembre de 2018

Traer novelas visuales de oriente: la epopeya de los traductores

Aquí viene otra de mis reflexiones tras varios años en este mundillo.

Es el dilema constante al que nos enfrentamos los fans. “Esa novela visual tiene pinta de ser buenísima, ¡quiero jugarla!” “¿Pero está en español?” “Traducidla, ¡traducidla YA! ¡QUIERO JUGARLA!”

Si uno no sabe japonés, en efecto, tiene pocas más opciones que esperar a que alguien traduzca la novela visual de turno. Pero claro, ¿a qué idioma? ¿Al inglés? No me jodas, yo soy hispanoparlante, no me quiero matar leyendo un texto en inglés. Quiero que la traduzcan al español. Pero claro, ¿quién puede hacer eso? ¿Es eso fácil? ¿Se puede hacer en un tiempo razonable? ¿Cómo se hace? ¿Y vale realmente la pena el resultado?

El primer paso, obvia e irremediablemente, es que alguien tenga las narices de traducir la novela visual original del japonés. No hay tanta gente que sepa o quiera hacer esto. Y normalmente, quien lo hace, acaba traduciendo al inglés. ¡Maldición! ¿No hay ningún alma caritativa que me lo traduzca al español? Bueno, sí, haberlas, haylas. Nuestros héroes los fansubs, e incluso algunos realmente gallardos que lo hacen todo por sí mismos sin unirse a ningún fansub. Pero todos ellos se encuentran ya de entrada con un importante hándicap: tienen que partir de los textos en inglés, que ya corren el riesgo de adolecer de todos los defectos de traducción y edición que explicaba Zakamutt en esta entrada de mi blog. Traducciones de japonés a inglés (o directamente al español, como las mías) que ya, por sí mismas, conllevan toda una serie de pegas e inconvenientes más o menos importantes (y sí, me incluyo como parte de esos inconvenientes).

Por supuesto, todo eso vale también para las traducciones del inglés al español, mucho más comunes en el escenario fansubero hispano (donde, como es medianamente de esperar, no abunda la gente que sepa japonés, y normalmente hay que esperar a que el angloparlante de turno traduzca de japonés a inglés antes de hincar el diente a la novela visual de marras para traducirla al castellano). La diferencia es que inglés y español no son lenguas tan alejadas entre sí como el japonés de ambas, no sólo gramaticalmente, sino sobre todo culturalmente. Y esto tiene un inconveniente doble: por un lado, toda novela visual en español que venga de una traducción al inglés ha pasado no por una, sino por DOS fases de traducción (japonés – inglés e inglés – español), lo que eleva a la enésima potencia la cantidad de errores de traducción que vas a encontrarte en el texto final que estás leyendo en tu idioma. Y tanto más grave será esto cuanto más partidarios de las traducciones literales sean los dos traductores (el angloparlante y el hispanoparlante). Por otro lado, estaremos arrastrando también posibles imprecisiones culturales de la versión en inglés. Cuando te paras a pensarlo, casi da miedo darse cuenta de la cantidad de errores que pueden estar acumulándose en los textos en español de estas novelas visuales… a veces casi hasta el punto que te preguntas: ¿estoy realmente jugando el mismo juego que jugaron los jugadores japoneses?

No nos engañemos: traducir no es un trabajo que se culmine de un día para otro, y menos aún si es sólo una persona la que lo lleva a cabo. Desconfiad de las traducciones exprés del traductor “heroico” de turno, que se dedica él solo 24/7 a una novela visual, traduciendo 2000 líneas diarias y produciendo un parche de traducción del juego entero en apenas un mes. En un caso así, con todos los respetos, lo más probable es que estéis leyendo un bodrio. Para empezar, semejantes hábitos sobrecargan el cerebro con increíble rapidez, restando eficacia a un proceso que ya es por sí mismo minucioso. Hay que estar atento a la ortografía y la sintaxis; contrastar el sentido de las frases resultantes en español; vigilar la coherencia de párrafos enteros como bloques, e incluso el sentido del argumento de la historia como un todo; hay que repasar y hacer edición, como decía Zakamutt; hay que hacer pruebas de juego para despejar errores de contexto, comprobar que el ancho de línea no se sale de madre o que el texto no desaparece por cualquier otro motivo. Sumad a todo esto los errores de traducción del doble paso (japonés – inglés / inglés – español), y si hemos descuidado todo lo anterior, tenemos como resultado un despropósito en toda regla. Esto ya sucede con grupos de fans trabajando simultáneamente en un mismo proyecto, cuánto más con el traductor heroico aislado. Si lo único que buscamos es soltar un poco de adrenalina con una novela visual del montón, podríamos tal vez conformarnos con los productos de estos trabajos de dudosa eficacia. Pero si queremos disfrutar de una historia lo más fiel posible a la original, con la debida profundidad, debemos ser más selectos. Una traducción bien hecha requiere, como mínimo, largos y largos meses de trabajo concienzudo… cosa que raramente se ve.

Por más que nos cueste admitirlo, este es ni más ni menos el escenario al que nos enfrentamos los jugadores hispanoparlantes. Los fansubs, por lo general, están lejos de hacer milagros. Con demasiada frecuencia, producen trabajos muy pobres, que se agravan aún más cuando el paso de traducción es doble (japonés – inglés e inglés – español), lo cual es, para más inri, lo más habitual.

Con todo, esto sigue teniendo un pase si pensamos que, al fin y al cabo, los fansubs son eso mismo, comunidades de fans que hacen lo que hacen motivados por el entusiasmo y sin recibir nada a cambio salvo la satisfacción de hacerlo y compartirlo. El problema es que, incluso cuando vas a buscar algunas de las compañías semiprofesionales o supuestamente profesionales, te encuentras a veces cosas que no se elevan mucho por encima del estatus de chapuza. Y esto ya es bastante más serio, por no decir vergonzoso. Me remito de nuevo a las palabras de Zakamutt, que ya compartí en otra publicación.

No digo que no tengamos el derecho de disfrutar de una novela visual en español (faltaría más). De hecho, somos ya bastantes los autores indie que creamos nuestras propias novelas visuales en español desde cero, y eso es muy bueno. Ahora bien, cuando las VN que jugamos vienen de versiones originales en japonés o inglés, por desgracia, la calidad de lo que leemos en español cae por lo general en picado. No ya sólo por lo que respecta a traducción, sino también en cuanto a ortografía, sintaxis, fluidez e incluso coherencia de la narración. Hay una diferencia clave a este respecto: así como hay compañías (relativamente) profesionales dedicadas a traducir novelas visuales de japonés a inglés (JAST, MangaGamer, Sekai Project…), no existe, al menos hasta donde yo sé, NINGUNA que lo haga al español. Dicho de otro modo, si queremos jugar novelas visuales originales de Japón en español, no nos queda más remedio que acudir a los fansubs… con la consiguiente (y demasiadas veces excesiva) pérdida de calidad. Es lógico: los fans no son profesionales. Y por más que muchos le ponen entusiasmo, eso normalmente no es en absoluto suficiente para compensar sus carencias, como traductores, editores y narradores en general. Muchos de estos fansubers parecen ignorar la fundamental importancia de aspectos como la ortografía y la sintaxis, así como una buena cadencia de escritura, para los jugadores que leen sus textos. Seamos realistas: esto es lo que nos vamos a encontrar normalmente cuando intentemos jugar una novela visual traducida al español. Tengámoslo presente. Y luego, decidamos si nos importa más o menos estar perdiéndonos por el camino una traducción fiel y de calidad de la historia original.

¿Qué remedios hay para los que no se conforman con esto? Bueno, en apariencia tenemos las manos bastante atadas. La solución más obvia: aprender japonés. Pero evidentemente, es también la solución que primero descarta la gran mayoría. Una estrategia clara y viable, por la que abogo personalmente, es reducir en lo posible los pasos de traducción desde el japonés. En otras palabras, prefiero jugar en inglés las novelas visuales que sé que vienen de originales en japonés. Es la alternativa lógica para tratar de minimizar los errores de traducción desde ese idioma: ahorrarse un paso de traducción. Y, francamente, se disfrutan igual en inglés. No cuesta tanto; a fin de cuentas, el inglés hace tiempo que debería ser parte de nuestra rutina, incluso cuando jugamos novelas visuales (o lo que sea).