¿Os habéis preguntado
alguna vez cuál fue el origen, o las circunstancias en las que se popularizaron
muchos de esos grandes estereotipos anime que todo buen otaku conoce al
dedillo? El otro día estuve revisando un post de Peter Payne, el mandamás de
J-List en la tierra del sol naciente, y me topé con unos cuantos datos
interesantes y referencias muy divertidas. Tanto es así, que he considerado que
vale la pena transmitir y compartir esto con la audiencia hispanoparlante. La
sabiduría de Peter es aquí la auténtica fuente, y los créditos van para él,
pero claro, también voy a añadir mis propias impresiones y toques personales a
todo el listado. Como era de esperar, algunas referencias me sorprendieron, y
seguro que también lo harán con unos cuantos de vosotros.
![]() |
"...no es que haya hecho esto expresamente por ti... ¡I-IDIOTA!" |
Pues ahí va el listado en
cuestión, que si bien no es completo, ilustra los más célebres de esos
estereotipos. Sea anime, manga, novela visual, novela ligera, etc., seguro que
a muchos os suenan todos estos ejemplos, y más de uno se habrá recreado con
ellos. ¡No tienen desperdicio!
Corriendo a la
escuela con una tostada en la boca
Para empezar, todo un
clásico entre los estereotipos anime en forma de escena: llegas tarde a la
escuela, así que te acabas el desayuno mientras corres hacia ella, asumiendo el
evidente riesgo de bloqueo de tus vías digestivas (y respiratorias) al masticar
de mala manera una tostada que todavía cuelga de tu boca, ¡en plena carrera por
la calle! Una variante más o menos popular asume que, mientras te entregas a
esta carrera loca, es posible que te topes de bruces con aquel/aquella que está
destinado/a a ser el amor de tu vida.
Conocido en japonés como 遅刻する食パン少女, parece
haber sido sujeto de estudio por unos cuantos especialistas en cultura pop de
Japón. No se conoce un único origen de esta “trope” entre el manga de los años
70 y 80, pero según las referencias, creció como la espuma cuando apareció en
el episodio final de Evangelion el
año 1995, con la carrera a la escuela de Ayanami con tostada en boca incluida.
El origen de los
animes “harem”
Sí, eso que unos cuantos
buscan como locos cuando devoran hasta las entrañas una novela visual: la ruta
“harem”, en la que el protagonista se beneficia de una atracción (muchas veces
exagerada, absurda, y con varias consecuencias), en virtud de la cual, absolutamente
todas las heroínas se “encaprichan”
de él, o literalmente se le cuelgan de la chepa, con voluntad (o no) de
compartir a su amado con las demás…
En algún momento de la
década de los 90, este género pareció extenderse en el mundo del anime, y
algunos consideran que el primer auténtico ejemplo de ello fue Tenchi Muyo, que encarnó (y casi acuñó)
todos los elementos que caracterizan a un buen anime “harem”. Ah, qué
recuerdos…
“Shimapan”, las
bragas con franjas
Parece que unos cuantos
lo consideran “el rey de los estereotipos anime”, y sin duda, es uno de los
favoritos del propio Peter. Se refiere a las bragas con franjas rectilíneas (frecuentemente
de colores blanco y azul) que algunas de las chicas llevan bajo las faldas de
sus uniformes… donde, para empezar, nadie debería estar mirando, ¿verdad? Imperdibles
esas escenas “panchira”, otro estereotipo muy relacionado, en las que el
protagonista se lleva “accidentalmente” (o no tanto) una imagen de al menos
parte de las braguitas de esa chica que está tan cerca en una postura demasiado
conveniente… “¡Llevas braguitas de rayas! ¡¿Y tú cómo sabes eso, degenerado?!”
Un anime del año 2003
llamado Stellvia of the Universe
parece que fue el responsable de introducir el estereotipo del shimapan… y
desde luego, caló hondo desde entonces.
Cosplay
Esta famosa palabra, que
denota la práctica de disfrazarte de tu héroe o personaje anime favorito, es un
ejemplo de wasei eigo, que
significa literalmente “inglés fabricado en Japón”. El término nació cuando la
expresión “hero costume play” se abrevió a “cosplay” en un número de la revista
My Anime, en Junio de 1983. ¡Qué cosas aprende uno!
Tsundere
Oohhh… ¿qué decir de las
tsundere? Desde luego, yo personalmente, las adoro. Ese maltrato, verbal y
hasta físico no pocas veces, al que te someten casi invariablemente (y que no
tiene un origen masoquista, dado que el “prota” ni siquiera lo busca)… pero que
después queda en evidencia cuando ellas mismas tienen un ligero descuido y
dejan entrever que en realidad te quieren… es simplemente adorable. (Es decir,
antes de que ese mismo descuido sea fuente de otra ráfaga de malos tratos por
parte de la tsundere, como forma de resarcirse por bajar la guardia ante ti).
El estereotipo puede
definirse como una chica (o también chico) que es en un 90% tsun-tsun (es decir, que tiene una
gran tendencia y facilidad para cabrearse) y a la vez, en un 10% dere-dere (que es capaz de mostrar
su aprecio y hasta su cariño de formas increíblemente adorables). Algunos dicen
que empezó a vislumbrarse con “Lum” (conocida como “Lamu” en otros entornos) de
Urusei Yatsura, y otros (como Peter)
afirman que la primera tsundere auténtica
fue Akane de Ranma 1/2. El propio término se originó en el legendario anime Kimi ga Nozomu Eien y la chica
llamada Ayu Daikuuji.
Yandere
Otro estereotipo
adorable… pero potencialmente peligroso en la misma medida, si no más. Como
normalmente sucede, no importa el género del personaje yandere, pero muchas
veces se encarna en una chica que está enamorada de ti… de una forma obsesiva,
que se manifiesta con comportamientos que pueden desembocar en tragedia… a no
ser que tú le demuestres que correspondes fielmente su amor. La yandere hace
gala de un comportamiento celoso sin precedentes, acechando y controlando los
movimientos de su amado y, sobre todo, los de las potenciales rivales que se le
puedan acercar. Y llegará a los extremos que sean necesarios para acaparar a su
amado para ella sola… incluyendo típicamente (aunque no siempre) la drástica y
definitiva solución: borrar del mapa a las chicas demasiado entrometidas… o
incluso a su propio amado, que sólo está destinado a ella, y con quien “se
reunirá felizmente en la otra vida”… uhhhh… Si atraes la atención de una
yandere, más te vale mostrarle todo el cariño del que seas capaz, y entregarte
a ella en cuerpo y alma… o ganar el tiempo suficiente para desaparecer…
Según dicen, la película Atracción Fatal, protagonizada por Glenn
Close, tuvo una influencia significativa a la hora de moldear este estereotipo…
que se originó como tal con el famoso juego +18 de Overflow School Days. Este juego, de hecho,
intentó capturar la violencia gratuita e irónica de la comedia negra de 1996
titulada Fargo.
Chunibyo
También conocido como el
“síndrome del estudiante de octavo”, este estereotipo describe a los chicos
que, en su adolescencia (sobre los 14 años), se ven tan abrumados por las
crecientes presiones con que la vida les empieza a afligir, que diseñan en sus
mentes todo un mundo de fantasía al cual escabullirse en esos fatídicos
momentos.
Por lo que al género anime
respecta, la década de 2010 podría describirse como el auge de los chunibyo, y parece que un número nada
desdeñable de series utilizó este estereotipo como modelo para diseñar a sus
protagonistas. El término en sí fue acuñado en 1999 por el comediante Hikaru
Ijuin, para describir sus propios años de colorido crecimiento.
Zettai Ryouiki
Los otaku japoneses son
realmente creativos a la hora de moldear fetiches… y este estereotipo es una
prueba más que fehaciente de ello. “Zettai Ryouiki” se refiere a la “zona
absoluta”, que no es sino el escueto (pero muy dulce) espacio que comprende el
límite superior de las medias largas de una chica (que le cubren por encima de
las rodillas), y el límite inferior de la falda de su uniforme… sí, ese corto
tramo visible de sus muslos, en sí mismo, es objeto de completa adoración por
los fans de este concepto. Un poco… ¿raro? ¿Extravagante? Puede… pero así son
los otaku, señores. Y no necesitan la aprobación de absolutamente nadie para
deleitarse en la fuente de las bendiciones que sólo ellos conocen. ¡Ah, pobres
ignorantes el resto de los mortales…!
Este estereotipo se
popularizó en el año 2005 después de un evento de cosplay. El término “Zettai
Ryouiki” per se viene del concepto de
“A.T. Field” (“Absolute Terror Field”, o “zona de terror absoluto”) en el anime
Evangelion, que es descrito por Kaworu
como “el Sagrado Espacio que ningún hombre puede profanar, pues está oculto tras
el Muro del Corazón”. Evocador, ¿eh…?
Hentai
Hombreeee… la palabra
mágica. La que trasciende los límites de lo “convencional y modosito” que
siempre nos dejaba a medias… y nos introduce en un mundo mucho más amplio, que
no tiene nada que esconder… y por qué
no decirlo, pervertido. Porque, vaya, esta es la palabra que más se aproxima a
definir este concepto.
Aunque, para muchos en
occidente, “hentai” se refiere a cualquier tipo de trabajo artístico 2D
originario de Japón que represente explícitamente escenas eróticas, la versión
kanji de la palabra (変態) tiene un significado más contundente y
específico en cuanto a perversión sexual. La misma palabra puede significar
también “transformación” de un estado a otro, y el término se usa para
describir cosas como la metamorfosis de los insectos (quién lo diría…). La
primera serie anime hentai de peso fue Cream
Lemon, aunque el trabajo que convirtió a la palabra “hentai” en un emblema
por antonomasia fue el épico Urotsukidouji
del gran Toshio Maeda.
Ecchi
Una palabra muy
relacionada… que no es sino la pronunciación en japonés de la letra H, y en sí
misma, un término genérico que nos permite referirnos a cualquier cosa de
índole sexual, incluyendo el acto de la cópula per se. Y aunque, generalmente, asumimos que ecchi tiene su origen en la primera
letra de la propia palabra hentai,
parece que no existe una evidencia lo bastante contundente acerca de esto. El
primer uso de la palabra ecchi como
eufemismo molón para “sexo” hay que buscarlo en una novela japonesa del año
1955, titulada White Demon Fish.
“¿Te gustaría
tomar la cena ahora? ¿Un baño? ¿O… a mí…?”
Oh, sí… icónico donde los
haya. Tras un extenuante día de trabajo, volvemos a casa… y nuestra “waifu”,
sonriente y radiante, nos da la bienvenida con estas cálidas, agradables y sublimes
palabras. ¿A quién no le gustaría experimentarlo?
Esta frase, archifamosa
en los círculos otaku, nació en un “sketch” del legendario comediante Ken
Shimura… que tristemente, falleció el pasado mes de Marzo, al parecer víctima
de este COVID-19. Sea como sea, descanse en paz.
El episodio del
béisbol
Cierto… una extraña moda
en la que todo personaje de la serie anime de turno, a veces casi sin venir a
cuento, tenía que ponerse a jugar a béisbol en un capítulo. Así, por huevos.
Fue un estereotipo que definió la era post-2000, aunque parece que su origen
real hay que ir a buscarlo aún más atrás en el tiempo. Una de las referencias
más antiguas (seguramente no la más vieja) de personajes que, de pronto, se
ponen a jugar a béisbol simplemente porque les sale de donde no suena, se
encuentra en Maison Ikkoku, del año
1986.
El episodio de
las fuentes termales (onsen)
Claro que sí, hombre…
otro típico escenario que se ha de ver sí o sí en cualquier serie anime moderna
que se precie (y en unas cuantas novelas visuales moege… o no tanto). Las
razones por las que de repente todos se van a unos baños termales pueden ser
urdidas de forma más o menos inspirada (o hábil) por el guionista, aunque desde
luego, no son raras las veces que se utiliza esto como poco más que una mera excusa…
evidentemente, porque es la oportunidad perfecta para ver a nuestros personajes
favoritos en paños menores y, más interesante todavía, cómo se las apañan en
las típicas situaciones en las que pueden quedar expuestos a la vergüenza. Equivocarse
y meterse en la zona del baño reservada a las mujeres (o si el “prota” es muy
descarado, hacerlo con todo su morro)… o bien, buscar ese agujerito para espiar
a las féminas mientras se bañan tranquilamente al otro lado. En los animes (y
novelas visuales) de tema escolar, la variante clara es espiar a las chicas
mientras se cambian en su vestuario… Los jugadores fieles de mi propia novela
visual “Y ahora, a estudiar” sabrán que yo tampoco me pude resistir a incluir
este emblemático elemento. Seamos sinceros, ¿quién en su sano juicio podría?
Históricamente, hubo ya
episodios de “baños termales” en Eva,
e incluso en Maison Ikkoku una
década atrás, pero el estereotipo per se
no se consagró como una fuente estándar de comedia hasta que llegaron series
como Love Hina o Ai Yori Aoshi.
El origen de la
“waifu”
Otra clara derivación de
una palabra inglesa, se cuenta sin duda entre los estereotipos más famosos que
existen entre los otaku. Ese personaje anime femenino por el que sentimos tanto
apego y cariño, y al que decidimos ser fieles contra viento y marea, a veces
materializándose en el mundo 3D en forma de figuritas, almohadas y otros
elementos más… exóticos. Sí señor, ¡ella es mi waifu! (Aunque, bueno, tampoco
es raro tener más de una “waifu”… como todos los del mundo otaku, este es un
concepto muy sui generis…)
¿Quién y dónde originó la
denominación “waifu” y su significado? Pues resulta que fue… Kimura-sensei de Azumanga Daioh. O eso dice Peter.
Sangrías nasales
Por supuesto, hombre,
¡este clásico tampoco podía faltar! Pero oye, macho… ¿seguro que esto es una
reacción fisiológica en la vida real? Hay quien afirma que no se trata sino de un
truculento eufemismo, que hace subrepticia referencia a la emisión de otra clase de fluidos corporales…
Sea como sea, la broma de
un personaje que, en una situación que en mayor o menor grado es de cariz
sexual, empieza a sangrar por la nariz (a veces de forma salvaje), se originó
en 1970 en un manga Shonen Jump titulado Yasuji’s
Life Lessons for Messed Up Kids. Y desde entonces, incontables protagonistas
expuestos (de manera fortuita o no) a los encantos de una de sus compañeras
femeninas de reparto han tenido que recurrir a los taponcitos, muchas veces
improvisados, para detener esas súbitas hemorragias (que, en los casos más
exagerados, pueden casi amenazarte de muerte por desangramiento… caray).
Anime Isekai
Imperdibles… las series
(y novelas visuales) en las que, directamente, nos vamos de nuestro aburrido
mundo (o nos sacan de él contra nuestra voluntad) a través de un portal,
agujero de gusano o mecanismo por el estilo… para ir a parar a un universo
paralelo, completamente independiente y donde la fantasía (y muchas veces la
magia) se desmelenan a gusto.
¿Qué anime se puede
llevar el honor de ser el fundador del género isekai? Puede que Mark Twain tenga algo que decir en esto, aunque
parece que el primer anime isekai
auténtico fue Aura Battler Dunbine,
de 1983, seguido de cerca por Super
Dimension Century Orguss.
Ahoge
Y para acabar, este sí me
hizo gracia… “Ahoge” es un término (por supuesto, de origen japonés) que
significa literalmente “cabello idiota”. Sí, hace referencia a ese mechón
rebelde de pelo que un número nada desdeñable de personajes anime luce en sus
cabezas (en especial las chicas). A decir verdad, esto ha marcado una tendencia
casi fundamental en el diseño de personajes anime… ese peculiar cabello es
muchas veces marca de personalidad, después de todo.
Una novela visual de
temática de horror del año 1996, Kizuato
(de Leaf) introdujo en uno de sus personajes un mechoncito de pelo que no había
forma de peinar, pero que quedaba muy cuco (“kawaii”, si hablamos con
propiedad). Esto fue lo que acabó denominándose “ahoge”, e instaurándose para
siempre como otro estereotipo de casi obligado conocimiento para todo buen
otaku.